La selección de Lituania acabó por imponer su ley ante una rebelde México que tuteó durante gran parte del partido al potente conjunto báltico, si bien la profundidad de banquillo de los europeos, conjugado con el acierto en el perímetro y la acumulación de faltas del rival, propiciaron una victoria más abultada de lo que se vivió en la cancha (74-87).