La decisión del Gobierno de Canarias de subir el nivel de alerta de Lanzarote y La Graciosa esta semana ha levantado numerosas críticas tanto al ejecutivo regional como a los gobernantes de la isla, incapaces de levantar la voz ante sus compañeros de las islas capitalinas.
Han sido cuantiosos los comentarios en las redes sociales, criticando tanto la decisión como la falta de crítica de la misma, sin olvidar cierta mano ancha con las restricciones en la isla de Tenerife, abanderada de los malos números relacionados con la COVID en Canarias.
A nivel político, tan solo CC ha criticado la situación sufrida por la isla de Lanzarote. A nivel social, la crítica se extiende al cabildo conejero, letárgico para muchos, donde el PSOE, una vez más, no ha dicho palabra al respecto que pudiera contrariar a sus compañeros del gobierno regional.
Mayor afrenta sienten muchos empresarios de la hostelería en Lanzarote que vuelven a ver restringidos sus horarios sin motivo justificado aparente sin sentirse defendidos por sus gobernantes y sintiendo en su propia piel como las restricciones solo les afectan a ellos, lejos de seguir la misma línea firme con comercios que venden hasta altas horas bebidas para consumir en la calle, la falta de acción ante el reiterado botellón del recinto ferial capitalino o el aumento de tránsito en el aeropuerto conejero, contrastada fuente de contagio en lo que llevamos de pandemia.
Lo que es ya irreparable es que Lanzarote y La Graciosa sufran entrar en la fase 2 con números que no avalan semejante decisión y con restricciones que en otras islas con muchos más contagios tienen mucho cuidado en imponer. Lo del silencio cómplice y subordinado del gobierno del Cabildo es también algo mal entendido por gran parte de la población conejera, cada vez más cansada de un gobierno que parece, cada día que pasa, más alejado de la realidad que vive la isla.
QUOTETHISARTICLEONYOURSITECREATELINKTOWARDSTHISARTICLE
PREVIEWQUOTE
Sábado, 24 Julio 2021
© 2023 - Noticias de Lanzarote