Raúl Díaz Cachón, acusado por el crimen de su esposa Romina Celeste, reconoció los hechos y será condenado de conformidad.
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El reloj marcaba las 6:38 horas de este sábado. Juan, un vecino de Titerroy, se despertaba tras haber llegado a las tres de la mañana del hospital. Había llevado a su hija pequeña, enferma. Cuatro personas sentadas en una de las mesas de la terraza de un bar en la capitalina Avenida Eugenio Rijo Rocha empezaban a cantar, de forma salvaje y desgarradora, las canciones que salían de un coche aparcado en la puerta, armado con muchos vatios en su maletero pero con muy poco civismo.
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