Cuando uno alcanza la cuarentena toca hacer balance de la existencia. Y en ese tránsito Kike Pérez ha querido ser agradecido con el teatro que le brindó por primera vez la oportunidad de presentarse en público con el show con el que inició su solvente carrera artística hace doce años. El 14 de febrero, Día de los Enamorados, el cómico lanzaroteño estrena su último espectáculo titulado ‘Entradas ProhiVidas’ en su isla natal en la que nació en 1985 con el que recorrerá con posterioridad innumerables espacios y escenarios de Canarias. Pérez volverá a Tías el día 14 de abril en una segunda función programada, debido a la demanda del público que agotó ya las localidades de la primera función prevista.
“Tías fue el primer teatro en Canarias que tuvo la inconsciencia de dejarme actuar en solitario en 2012 con mi show ‘Las apariencias engañan’. Hace muchos años que no regresaba a Tías. Soy mitad de Las cuatro esquinas y en verano de Famara”, comenta Kike Pérez que, en su nuevo montaje, se plantea en voz alta si ha llegado a la cima o a un abismo una vez alcanzados los cuarenta. “Habla del amor propio y de las inseguridades vitales que en muchas ocasiones provocan dejarse de querer a uno mismo cuando la vida parece que va cuesta abajo. Mi truco de mago es intentar que las cosas que te cuento conecten contigo y te veas reflejado en las situaciones que toco y propongo”.
Pérez estuvo trabajando y puliendo esta nueva entrega cuya gira está distribuida por Multitrack durante dos meses intensos de trabajo. “Después de que me ido haciendo mayor mis shows se han ido dotando de mayor carga de profundidad. Ya sé con lo que el público se ríe. Antes solucionaba las cosas por la vía directa y desde las cuatro esquinas y ahora me gusta coger un camino de curvas que te garantiza perspectivas diferentes”, comenta el humorista que en ‘Entradas ProhiVidas’ opta por llevar la denominada crisis de la mediana edad al absurdo como recurso eficaz para lograr la supervivencia. “Me encierro solo y luego proceso el show con mi equipo creativo. Uno solo no llega a ningún lado. Siento que encontré un camino y eso se refleja en este show más que nunca. Es un espectáculo hecho con el corazón, como cada propuesta anual, en el que sigo intentando enseñar el poquito talento que pueda reunir, con mi arma más leal, la honestidad. Es difícil cada año formular una propuesta nueva. He acometido siete shows diferentes. Es una barbaridad. Eso se consigue sabiendo que cada año vas a tener espacios disponibles en Canarias para llevar a cabo propuestas diferentes, lo que no implica también un desafío cuando hablamos de un circuito limitada y un público finito”.
Al plantearse un balance de estos cuarenta primeros años de existencia Kike Pérez recalca que “es positivo, principalmente porque estoy. Y si estamos es porque todo lo que hay detrás lo hemos superado. Aludo a la suerte buscada porque me siento afortunado de haber encontrado un camino en el que el público me ha permitido el lujo de sentirme respetado y querido a través de una herramienta tan humana como es el humor. Desde la risa podemos sanar porque las preocupaciones no son incompatibles con la sonrisa”, añade.
A Kike Pérez no le gusta sentenciar, pero ahora más que nunca antes se ha dado cuenta de que “se trata de sumar vida a los años y no años a la vida. A estas alturas de mi vida, sin necesidad de ponerme dramático, creo que puedo asegurar que solamente con haberme salvado puedo decirle al mundo que la tristeza no es incompatible con la sonrisa. Con el humor le doy la vuelta a la vida”, concluye uno de los cómicos canarios de más proyección del momento.