A lo largo de mi vida he vivido numerosos cambios en la ciudadanía de España. Nací con las cabinas de teléfono, tuve una adolescencia en la que empezaba a sonar la palabra “móvil” y vivo ahora sumido en la era digital y el 5G.
Tengo el privilegio de haber nacido ya en una democracia, joven allá por finales de los 80, pero que entusiasmaba al país. Una política de consenso, de acuerdos y, sobre todo, con una idea común pese a las fuerzas políticas diversas que existían: la unidad de España.